
El frío puede ayudarnos a controlar esos kilitos de más que tanto nos cuestan mantener a raya.
¿Qué tiene que ver el perder peso con la temperatura?
Con algunas excepciones, todos los mamíferos y aves son de sangres caliente, y todos los reptiles, insectos, peces y anfibios, lo son de sangre fría. Como nosotros nos encuadramos con los mamíferos, tenemos pues la sangre caliente. Tratamos de mantener nuestro interior a una temperatura constante (en nuestro caso 37 grados centígrados). Cuando nos enfrentamos a ambientes fríos generamos nuestro propio calor convirtiendo la comida que ingerimos en calor, y cuando estamos en ambientes demasiados calurosos, enfriamos nuestro cuerpo (de ahí el que sudemos). Pues bien, basándonos en esta sencilla explicación, parece clara la respuesta a la pregunta anterior, pasando a formular otra nueva cuestión:
¿Cómo puedo perder peso con el frío?
Podemos aprovechar el frío para perder peso con alguno de los siguientes ejemplos:
- Ingerir comidas frías: Nuestro organismo no puede dejar pasar al torrente sanguíneo el alimento frío, y debe calentarlo. Esta operación requiere de la quema de calorías, obteniendo además un enlentecimiento de la digestión y retrasando la aparición de hambre. Las personas con problemas en el sistema digestivo no deberían someterlo a un sobre esfuerzo de esta manera. Para el resto, puede ser una forma fácil de quemar un buen puñado de calorías.
- Ingerir bebidas frías: De la misma manera que el punto anterior. Con un litro de agua muy fría, nuestro organismo quema unas 37 Calorías para calentarla a los 37 grados centígrados que decíamos tenía nuestro cuerpo. Aunque parezca poca cantidad de Calorías, el esfuerzo tampoco es elevado. En esta web, podemos ver una explicación más detallada de los cálculos que se realizan para saber la cantidad de Calorías que quemamos de esta manera.
- Tomar helados sin azúcar: Es una buena forma de disfrutar de un postre bajo en calorías y que gasta parte de las que aporta en adecuar el alimento a nuestra temperatura. Hay quien fabrica pequeños “helados” con cubitos de hielo y algún alimento que le aporte aroma (menta, limón…).
- Tomando una buena ducha fría, y no abrigándose demasiado: Es una forma inteligente de obligar al organismo a quemar calorías para regular la temperatura, además de otros muchos beneficios que tienen las duchas con agua fría. Una ducha de dos minutos a 25 grados centígrados, se estima que consume 100 Calorías.